


Descarga Programación Jubilar: cronograma
1. ¿QUÉ ES UN JUBILEO?
La celebración del jubileo se origina en el judaísmo. Consistía en una conmemoración de un año sabático que tenía un significado particular. Esta fiesta se realizaba cada 50 años.
Durante el año se ponían a los esclavos en libertad, se restituían las propiedades a quienes las habían perdido, se perdonaban las deudas, las tierras debían permanecer sin cultivar y se descansaba.
En la Biblia encontramos algunos pasajes en los que se menciona la celebración judía. Tal vez el más importante se encuentre en el Levítico (Lv 25,8).
La palabra jubileo se inspira en el término hebreo de “yobel”, que alude al cuerno del cordero que servía como instrumento. Jubileo también tiene una raíz latina, “iubilum” que representa un grito de alegría.
En la tradición católica, el Jubileo consiste en que durante 1 año se conceden indulgencias a los fieles que cumplen con ciertas disposiciones eclesiales establecidas por el Vaticano. El Jubileo puede ser ordinario o extraordinario. La celebración del Año Santo Ordinario acontece en un intervalo de años ya establecido. En cambio, el Año Santo Extraordinario se proclama como celebración de un hecho destacado.
La Iglesia Católica tomó como influencia el jubileo hebreo y le dio un sentido más espiritual. En ese año se da un perdón general, indulgencias y se hace un llamado a profundizar la relación con Dios y con el prójimo. Por ello, cada Año Santo es una oportunidad para alimentar la fe y renovar el compromiso de ser un testimonio de Cristo. También es una invitación a la conversión.
2. INICIO DE JUBILEO MERCEDARIO-AÑO DE GRACIA
El Maestro General de la Orden solicito en el mes de mayo de 2017 al Sr. Cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor de la Santa Iglesia, la concesión de una “indulgencia especial” para la Orden de la Merced que abarcarse el año jubilar y la completa Orden de la Merced.
El Santo Padre, el Papa Francisco, a través del Delegado Pontificio de la Penitenciaria Apostólica Jean-Marie Gervais, ha concedido un Año de Gracia, que se une al Año Jubilar Mercedario, decretando templos jubilares a los templos conventuales y parroquiales confiados a la Orden de la Merced (Comunicación del Decreto Pontificio de Indulgencias del día 16 de octubre de 2017). Este año será marcado con los festejos jubilares de los 800 años de la Merced en el mundo, cuyo inicio será el 17 de enero de 2018 terminando el 17 de enero de 2019.
Es un año privilegiado donde toda la familia mercedaria, religiosos, religiosas y laicos, reavivan su carisma, su espiritualidad, su trabajo y apostolado a la luz de María de la Merced, Cristo Redentor y de san Pedro Nolasco; muchas congregaciones mercedarias se fundamentan en sus respectivos fundadores, sin embargo, es el mismo trabajo de “caridad y redención”. Esta alegría del año jubilar nos unimos con gozo en le Iglesia de las distintas Diócesis donde trabajamos.
3. APERTURA DE LA PUERTA JUBILAR
El rito inicial del Jubileo comienza con la apertura de la Puerta Jubilar en todos nuestros templos conventuales y parroquiales confiados a la Merced. Dicho rito se hará con sencillez y sobriedad en una Eucaristía donde marque la solemnidad utilizando los símbolos mercedarios (ver anexos de envió de subsidios mercedarios)
En su defecto, marca el rito de la apertura de la Puerta Jubilar el que preside la celebración, por lo general será el Superior Local, el Párroco, el Superior Provincial o su Delegado, puede ser en las diferentes Diócesis los señores Obispos invitados. El símbolo de la apertura será durante el tiempo establecido (enero 2018 – enero 2019).
La apertura de la Puerta Jubilar Mercedaria, significa que se abre un camino de reflexión, renovación e identidad carismática en toda la familia mercedaria, a la vez de alegría y gozo para dar gracias a Dios.
Abrid las puertas de la justicia, entraremos para dar gracias al Señor (cf. Sal 118,19)
Esta es la puerta del Señor: por ella entraremos para obtener libertad y redención.
4. ¿QUE ES UN TEMPLO JUBILAR?
Son Iglesias específicas, designadas por el Obispo, hacia las cuales peregrinan para obtener el perdón y ganar indulgencia. Estarán acondicionados especialmente para los peregrinos para un tiempo determinado.
En nuestro Año Jubilar Mercedario, Año de Gracia, el Papa Francisco ha determinado a través de la Penitenciaría Apostólica que serán templos jubilares todos los “Templos conventuales y parroquiales” de la Orden de La Merced.
5. ¿QUE SON LAS INDULGENCIAS?
La etimología latina de la palabra puede ayudarnos a situarnos en una pista correcta. El verbo “indulgeo” significa “ser indulgente” y también “conceder”. La indulgencia es, pues, algo que se nos concede, benignamente, en nuestro favor.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos proporciona, con palabras de Pablo VI, una definición más precisa: “La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos” (Catecismo, 1471).
La definición, exacta y densa, relaciona tres realidades: la remisión o el perdón, el pecado, y la Iglesia. La indulgencia consiste en una forma de perdón que el fiel obtiene en relación con sus pecados por la mediación de la Iglesia.
6. CONDICIONES DE LAS INDULGENCIAS
Para nuestro Año Jubilar son las habituales:
• La confesión sacramental
• La comunión eucarística
• Oraciones por las intenciones del Romano Pontífice
Junto a las condiciones, la Penitenciaria Apostólica pide que:
• En los templos jubilares se exprese claramente que es un Templo Jubilar, para permitir conseguir esta gracia.
• En los templos jubilares exista la posibilidad de vivir en plenitud el sacramento de la reconciliación con presencia de sacerdotes para escuchar las confesiones de los fieles.
• Se procure intensificar la devoción de los fieles a la misericordia divina, realizando peregrinaciones a los templos jubilares para ganar indulgencias.
• Se motive a los fieles a vivir una fe encarnada, realizando gestos concretos de solidaridad en favor de los pobres y desfavorecidos, existiendo alcancías con estos fines caritativos, uniendo de esa manera oración, ayuno y limosna.